Sinfonia Latina Relevent Articles-Recent Writing


Title: Sinfonia Latina. Author: Francisco Posada de la Pena. Date of Publication: May 5,1976. Journal: Diario del Caribe de Barranquilla. Comments: Sinfonia Latina program event. End program release balloons show.


Title: Sinfonia Latina. Author: Francisco Posada de la Pena. Date of Publication: May 1, 1976. Journal: Diario del Caribe de Barranquilla. Comments: Sinfonia Latina Logo Advertisement.


Title:La Sinfonia que desperto al Amira. Author: Ivonne Aroyyo. Date of Publication: April 09,2018. Journal: El Heraldo de Barranquilla. Comments: Sinfonia Latina interview historical Account -for preserving the Teatro Municipal Amira de la Rosa.

Title: Sinfonia Latina Un Sancocho Trifasico. Author: Mauricio Zapata Hoyo. Date of Publication: June 26,2018. Journal: La Ola Caribe. Comments: Sinfonia Latina community thank you. Publication of the Poem.
Conversando con Roberto McCausland Dieppa
Por. Israel Sánchez-Coll

El encuentro con el músico colombo-americano de raíces clásicas el Sr. Roberto McCausland Dieppa, se efectuó en la ciudad de Nueva York para el verano del 2019. El lugar que se eligió fue el Dimenna Center
for classical Music, un mundo adecuado para ensayos y grabaciones clásicas así como también para artistas del mundo de la música moderna, entre otros: Renée Fleming, Susan Graham, Itzhak Perlman, Emanuel Ax, Joshua Bell, Valery Gergiev, James Taylor y Gordon Matthew Thomas Sumner mejor conocido como Sting. Su ubicación está en el vecindario Hell’s Kitchen del Midtown del condado de Manhattan; en efecto, un mundo refinado para entrevistar a una persona de modales refinados. El Sr. Roberto ha mutado dentro de diversas vertientes desde Rock, su formación clásica y el jazz. Nuestro objetivo fue dialogar sobre sus proyectos caribeños, que él ha venido plasmando en sus nuevos trabajos entre ellos Caribe al Mundo. Esta entrevista reafirma el mundo abierto de Herencia latina como un lugar adecuado para proyectos enmarcados en el mundo caribeño y antillano.
¿Roberto, te iniciaste en la música moderna antes de explorar en la música clásica?
Me inicié en la música clásica por mi abuelo, él era una persona de una profunda formación clásica, en efecto, Beethoven era su personaje favorito. (1) Desde muy niño escuchaba y aprendí de varias composiciones y sus compositores, ejemplo: Liszt, Ravel, Bartók. Como tengo oído absoluto desde niño, tocaba el piano e interpretaba las piezas que el abuelo le gustaba oír de manera simple y juvenil. Consecuentemente aprendí de todo su entorno. (1) Por mi buena disciplina y compañía, el abuelo me llevaba a trabajar en sus fábricas; tuve el contacto con sus trabajadores quienes seguían la música popular, y me permitió conocer la cultura y la música del Caribe. Imagínate, Barranquilla es una ciudad muy musical, el menú del día era salsa, porros y merecumbés, cumbias y merengues excepcionales de Pacho Galán, Lucho Bermúdez, y música vallenata del compositor Rafael Escalona. Anacaona de Cheo Feliciano fue una de mis favoritas. Por otro lado, mi padre que había sido educado en Nueva York, su música predilecta era el jazz. Barranquilla siempre ha tenido atracción por el jazz, tanto que las grandes orquestas como las de Pacho Galán y Lucho Bermúdez se acercaron a esa música hermosa y agilizaron la evolución local al jazz por medio de sus “Big Bands”. Yo digo que me formé en esas tres disciplinas, eran para mí siempre concurrente. Tengo un grato recuerdo que mi abuelo fue una persona muy apegado al arte; en su casa le visitaban Gabriel García Márquez, Álvaro Cepeda Samudio, Meira del Mar, y formó buena amistad con Yehudi Menuhin, quien estuvo en su casa, y muchos de los artistas clésicos de su época. De todos ellos aprendí. García Márquez escribió sobre el abuelo Carlos Dieppa en sus crónicas del periódico el Espectador de Bogotá. (1).
¿Cómo usted llega al Rock?
Permíteme explicarte cómo llegué al Rock. De toda esa base clásica, un día mi padre se presentó en mi casa con un álbum de los Beatles y otro de Little Richard, que obviamente, ya eran tres años antiguos, lo colocó y me gustó. Fue algo como refrescante que entró rápido a mi sistema.

Usted fue director de los Mancini’s Band y Mancini´s Orquestra – Sinfonia Latina ̶ una banda que para mi opinión se acercaba mucho a las ideas de Chicago ̶, debido a que ustedes usaban instrumentos de metal como trombones y saxofones, una rica combinación con lo eléctrico que las bandas locales de música moderna no usaban. Esta banda se comportaba como una big band, a diferencia de los cuartetos y quintetos que ya tenían presencia en la ciudad. ¿Usted considera que Mancini’s Band – Orchestra band fue más ecléctica que una banda de Rock pura?
El padre de los Mancini´s fue una vez a casa y me invitó a unirme a sus hijos, que ya habían formado una banda incipiente o más bien en estado seminal. Nosotros comenzamos como un cuarteto, luego ampliamos a un quinteto, fuimos muy originales. Debido a que nuestras piezas eran de creación propia, composiciones nuestras, aunque también ejecutamos música de otros artistas contemporáneos. Pese a que colaboré con otras bandas acepté la propuesta de la familia Mancini. Lo que ocurrió fue que los conjuntos que existían en la ciudad su acercamiento hacia el público lo hacían en el idioma inglés, entonces su relevancia social fue menor, sus canciones eran estándares de bandas norteamericanas, canciones de moda. Entonces el entorno era complejo, porque para aquel tiempo pocas personas hablaban o dominaban el inglés, ahora todo es diferente, hay un mayor dominio por ese idioma. O sea, imagínate el impacto hacia los chicos o chicas cuando escucharan a una banda local interpretar por ejemplo el éxito de Chicago, Saturday In The Park o de Jimmy Hendrix, Red House, no entendían, escuchaban y con cierta reservación aplaudían, gritaban todo bajo el influjo de la radio local que las programaba. Yo reflexionaba entorno a esto y les decía a mis compañeros que nuestra propuesta para la juventud debía de ser en nuestro propio idioma. Me acerqué a Bruno Mancini y le señalé que teníamos que entrar con nuevos horizontes musicales, no limitarnos a lo que estaban tocando las bandas locales, y le expresé que debíamos acercarnos y tender puentes con la música autóctona, con la música del Caribe. Imagine, fuimos pensando en la creación de sinfonía latina como una pieza o propuesta de vanguardia con tonalidades clásicas fusionadas con elementos de nuestra música autóctona, salsa, rock y jazz, y además algo muy imaginativo, poemas cantados en español. Yo creo que la pieza fue con una idea más “avantguard”, de vanguardia, más que experimental. Su contenido fueron ocho temas con fuerte tendencia a lo dramático inspirados en las diferencias de la música caribe y mediterránea, en héroes de la Guerra Civil Española, en el héroe mexicano Don Emiliano Zapata, y en unos sueños de la madre de mi primera novia contemporánea, con el mensaje de despertar la comunidad a compartir, y ayudarnos usando el raciocinio y coraje.

¿Entonces Mancini’s Band, fue el salto hacia una banda
contemporánea?
Mancini´s Band fue el comienzo de una escuela de composición y creatividad.
Tocamos música de los Beatles, Clapton, Santana, Credence Clearwater, y muchos
más, jazz-Rock, piezas originales. Mi función en la banda fue siempre de
compositor. Con el Fender-Rhodes a la mano, desarrollamos rock-jazz- salsa y
funk- de alta intensidad. De dirigir la banda original pase a Mancini´s
Orchestra – Sinfonía Latina, con la experiencia y misión de movernos en el
ámbito rock-salsa-guajeo-jazz y la alta estructura clásica heredada de toda mi
infancia. Igual conocía la música de las orquesta del maestro Pacho Galán y del
maestro Lucho Bermúdez. Ambas bien disciplinadas, con un soberbio sonido. El
aporte del señor Leo Borrero fue especial. El tocaba trombón en esos tiempos.
Logramos crear un sonido original. Generalmente, los metales tocan en harmonía
cerrada, o cercana, del trombón bajo, por decir, a las trompetas y cómo creamos
sonidos abiertos en contra del ritmo con el bajo, asemejando el sonido de las
bandas de calle, con el bajo y la percusión en conversación rítmica. El sentido
de la danza con ritmos rock y jazz, permutaciones de mi ciudad natal
Barranquilla.
Giancarlo Mancini, gran percusionista de alta intensidad, facilitaba la energía
del grupo —era bastante incesante e intensa y el público le encantaba por la
energía que emitíamos al ejecutar. Tanto que las piezas nuevas con bastante
disonancia las aceptaban libremente o “sans souci”, como dicen los franceses, y
las bailaban sobre las sillas.
Cuando ampliamos la percusión para Mancini´s Orquestra – Sinfonía Latina, la
organicé meticulosamente paralela al bajo y las cadenzas. Parece increíble pero
trabajamos sin parar; nos divididos en grupos por espacio de nueve meses.
Por otro lado, Bruno es un guitarrista melódico —de un toque perfecto con gran
similitud a la ópera italiana, si puedo expresarlo en términos clásicos. Con su
Fender, el sonido emitido asimilaba la voz humana.
Todos los compañeros eran perfectos para lo que hacíamos. De las relaciones que
solo existen cuando son las personas exactas. En los metales estaban los
hermanos Barros; al “Chiqui” le exigí dar el máximo posible y así lo hicieron
—ejecutaron largos pasajes de trompeta, durísimo al labio. Todavía soy intenso
en mi trabajo, creo que eso no se deja de ser….
Tu respuesta, sí, desarrollamos un nuevo sonido, una nueva expresión, sui
generis de Barranquilla por su multicultura y el Caribe. Ecléctico, Big Band,
rock, jazz, salsa, en la parte del coro en español un cruce llanero, flamenco,
rock con algo de filosofía griega en poesía. Si te pones a pensar, una locura.
Pero resultó.
¿Luego de su etapa con los Mancini’s Band, Mancini´s Orchestra- Sinfonia
Latina qué caminos y ámbitos usted tomó?
Cuando presentamos a Sinfonía Latina, era entonces mi último año que yo iba a
permanecer en Barranquilla, Colombia. Tenía dentro de mis proyectos seguir
estudiando música clásica y crecer en el mundo musical. Me encantaba la Grecia
Clásica desde niño —las columnas dóricas siempre me llamaban la atención. Ya
vez porque Thales de Mileto en Sinfonía Latina. (1)
En estos tiempos estaríamos aún juntos, pero en aquellos tiempos la
comunicación era un poco frágil; ellos tenían que seguir con su banda y
tuvieron su éxito pero yo tenía mis proyectos, debía seguir estudiando.
Mancini´s Orchestra reorganizó al Mancini´s Band y el número de músicos pasó a
cinco. Posteriormente a ellos también les tocó salir del país a estudiar. Hoy
de Sinfonía Latina-Mancini´s Orchestra salieron profesionales en diversas
carreras. Profesores de música, medicina, músicos profesionales, los hermanos
Barros (ambos con excelentes “ensambles” en Miami), otros fueron reclutados en
bandas como las de Joe Arroyo y el Grupo Niche, y otros formaron eventualmente
sus propios grupos. Uno terminó en el grupo de Carlos Santana, toda esa semilla
de Sinfonía Latina-Mancini’s Orchestra- Sinfonía Latina se regó por el mundo.
La temática y el sentido de vanguardia de nosotros estaban muy por encima del
nivel musical de otras bandas locales, nacionales y de la región. Parece
increíble que una serie de jóvenes como nosotros llegamos al nivel que
alcanzamos. Fue a pulso y pulmón por así decirlo, mucho sudor en la frente,
pensando siempre en el Caribe. Pero lo hicimos y salió fantástico,
espectacular. En Colombia tuvimos muchas invitaciones para presentaciones en
todas las principales ciudades y existen reseñas periodísticas en los
periódicos locales.
Personalmente considero que Sinfonía Latina fue absorbente y totalmente nos
empujó a los límites musicales y filosóficos. Para crecer más aún, quise
extender el conocimiento de las diferentes artes, la música y orquesta clásica,
el piano que me ha tratado fantásticamente bien; la composición y mi pasión
personal por la música de Franz Liszt, y Bela Bartok, adjunto con la era que
termina con Gustav Mahler-Richard Strauss. Por otro lado, los acentos de la
música húngara son similares a mucho de la idiomática musical caribeña.
¿Su viaje a los Estados Unidos fue pensando en nutrirse de música clásica
antes que seguir en la música moderna?
Mis estudios musicales y clásicos fueron incrementándose. Ambos ocuparon casi
todo mi tiempo; la idea era estar listo para continuar expandiendo en el género
Clásico-Caribe. Estudie composición, piano, dirección. Me expandí en lo clásico
y también en literatura greco—romana, me encantaba ese periodo histórico,
humano. Luego me dediqué a la música de cámara, en efecto, entiéndase de grupos
reducidos donde se tocaba piano, violín, violoncello, una orquesta pequeña, y
por lo tanto, con posibilidades de ejecutar música dentro de salas pequeñas. Lo
que fue un pasaporte para estar por diez años en Europa, Asia y los EE.UU. Me
fue muy bien, gané muchos premios (1). Entre otros alterné con un puñado de
músicos clásicos: la pianista Faye Rowell (Kessler), el pianista y maestro
Edwin Gershefski (protegido de Tobias Matthay y Arthur Schnabel), Stan Pethel y
Ross Magoulas, un gran instructor de voces y ópera. Es una dicha de estar
entrenado en todos los campos (1).
De la música de cámara pasé a hacer solos. Obviamente hago de todo, luego de
haberme sentido satisfecho, regresé a la dirección y composiciones, mi
especialidad clásico-Caribe, muy ligado a las raíces africanas, al
mediterráneo. Me encanta la cultura del Caribe, es muy especial. El Caribe es
muy elegante y gentil.
¿Tienes actualmente una agrupación que este, cerca del jazz, o
de una salsa estilo Eddie Palmieri, cuando le abrió las puertas a Francisco
Zumaque en su ya famoso álbum blanco?
El trabajo que yo hago son piezas para piano relacionadas con el Caribe y
Latinoamérica de manera que se puedan tocar en conciertos, cámara y no son
fáciles; también hago para solistas, cuartetos, quintetos, grupos de jazz, para
grupos de tríos y hasta 17 personas. La mayoría de los que estamos en jazz
tenemos raíces clásicas pero inferimos en música nuestra. Abrir caminos para la
música del Caribe en las grandes salas y con las grandes orquestas es
imperativo. Sí estaré ejecutando más jazz y música contemporánea durante los
próximos años, incluyendo tríos, cuartetos y más. Ahora tenemos que empezar
nuestra labor de difusión.
Hay un grupo de San Francisco, California, que está a tono con la música
africana. Se llama Kronos Quartet y es un grupo que ha recogido música de
muchas partes y lo ha integrado al formato clásico; por otra parte, está
Phillip Glass. ¿Estás allí en medio de ellos?
Sí los conozco y son muy buenos, excepto que yo soy más radical (se ríe ) e
intenso, o más de avanzada, en el sentido de que cuando tú escuchas mis piezas
caribes te impulsa a bailarlas, tienes el baile que es integral. Mi expresión
es mucho más fuerte, soy muy abierto a nuestras raíces y también experimento
con la salsa. Yo me alejo de la música para escuchar cuando mis piezas son del
Caribe, porque le quita ese ambiente rítmico. Tomemos Piazzola sus tangos y
milongas son precisos y también los puedes bailar (se ríe), con tu mujer, son
expresiones clásicas a la vez. Yo trato de preservar nuestra música y llevarla
a la sala de conciertos.
Me asalta una inquietud. Recuerdas a Yes Relayer con sus famosas piezas,
entre otras The Gates of Delium, y a Rick Wakeman en Journey to the Center of
the Earth, basada en la obra de Julio Verne y acompañado por la Orquesta
Filarmónica de Londres, piezas que se pueden considerar “avant-guard”, o de
vanguardia, que fusionaban el rock con lo clásico. Me da la impresión que tus
pasos están allí cerca de este terreno, es como si te hubieras adentrado en
esos trabajos y luego saltas con tu formación a lo Caribe. ¿Puedo especular
así?
Correcto, tu idea es correcta, excepto que continúo con todos los géneros a la
vez. La parte Caribe es la que exploro ahora. Correcto, esa es una música de
avanzada, mi música tiene ritmo, ¡no te puedes quedar sentado! El sentido de la
danza es importante en el Caribe. Igual que en el tango.

De nuestras anteriores comunicaciones tú me habías enviado un
trabajo fotográfico para un CD próximo a salir. Yo había escogido una imagen
tuya en la orilla de una playa. Ese proyecto ya lo sacaste o aún le faltan
algunas piezas; tenía la impresión que era un trabajo orientado al jazz.
Ese trabajo está aún en el estudio. Son poesías, son poesías de amor de
diferentes puntos de vista. Lo hemos estado trabajando concurrentemente,
esperamos terminarlo, en efecto, me han solicitado para tantas cosas, pero debo
terminarlo. Apenas que acabe esta temporada de septiembre 2019 a mayo 2020 yo
espero dedicarme a ese trabajo. Creo que es un trabajo con la mira a ser
especialmente sensible y seductivo. Uno de mis mejores amigos de la infancia,
Gianfranco Gerosa está colaborando conmigo, algo que hace el proyecto aún más
especial.
Estás en Nueva York, una ciudad donde se ha caracterizado por realizar todo
tipo de música y en donde lo experimental siempre ha ocupado una parte
primordial en su espectro cultural. Por ejemplo, en lo nuestro, recordemos el
estallido de la salsa ya al final de los años 60s y luego siguiendo su curso al
comienzos de los 70s. ¿Has tenido el ofrecimiento o contacto para un tipo de
proyecto con alguna orquesta local que hace salsa y desea acercarse a esa parte
clásica o de vanguardia?
¡Por supuesto! Pero estamos involucrados en proyectos con fuerte base latina.
Próximamente llegará el momento de salir y dejar al público saber nuestras
iniciativas. Me encanta la pregunta, porque tenemos mucho que aportar
musicalmente a la nueva vanguardia del jazz y Caribe. ¡Tengan el oído y los
ojos abiertos a lo que viene!
Sinfonía Latina, al comienzo, en su etapa seminal, la tenías pensada de una
manera, pero con el trascurrir del tiempo, tú te encuentras en una ciudad donde
la música latina está muy desarrollada. ¿Tienes proyectada realizarla o de
montarla con músicos nuevos y de otros que fueron parte de esa big band llamada
Mancini’s Orchestra? Recuerda, los músicos nuevos le dan ese aire de frescura
al proyecto.
Déjame, te aclaro. Sinfonía Latina como fue en el 1976, fue una obra compleja y
de vanguardia; demoré mucho tiempo en hacerla. Reformar o rehacer Sinfonía
Latina sería un proyecto monumental (se ríe), pero es una cuestión mayor, hay
que reunir 17 músicos con muchas características, cantantes de salsa, personal
clásico, gente del ambiente rock, no es fácil tocar en ese estilo tan diverso,
además contar que deben tener la energía para poder tocar todas esas ocho
piezas. Lo otro es que he desarrollado algunos movimientos que pueden tocarse.
Esa obra tiene un concepto social, que estimularía a los jóvenes a tocar música
de vanguardia. Sinfonía Latina está allí esperando, en cualquier momento puede
tomar forma y cuerpo para este tiempo.
Lo que hacemos ahora es más Caribe con los músicos de la ciudad. Tenemos
proyectadas muchas grabaciones. Una se llama Caribe, y es un proyecto de nueve
piezas de cámara en sí, hermoso, guajeos, danzas, merengues, lo clásico es ya
estructura pero su contenido y corazón es Caribe. Todas están estructuradas
para bailar hasta en ballet. Todas tienen clave, su lenguaje sincrético, sexual
y secreto, y la danza, imprescindible.
¿Dentro del mundo del jazz latino o el jazz afrocubano qué pianista le llama
la atención y le gusta escuchar?
Yo admiro a todos, en especial a Gonzalo Rubalcaba, Eddie Palmieri y Michel
Camilo, aunque cada uno tiene su estilo particular. No soy de las personas que
escojo porque el uno toca mejor que el otro, para mí todos tienen mucho que
aportar. Escucho, aprendo, todos están bien, todos son bienvenidos.
Escuchándolos crecemos. Todo jazz tiene raíces caribes y toques franceses de
gran importancia y seducción.
Volviendo al jazz latino, usted ha actuado con grandes figuras de la música
clásica. ¿Qué puede mencionar en futuro compartir música con Michael Camilo o
el mismo Gonzalo Rubalcaba, Paquito de Rivera, Al Dimeola o Eddie Palmieri?
Y volviendo al tema del jazz y el jazz latino, me encantaría hacer música con
estos grandes colegas, sobre todo algo totalmente único expandiendo los
horizontes musicales y trayendo nueva audiencia.
La música del Caribe es muy amplia. ¿Qué ritmos o movimientos estás concentrado?
Toda la música Caribe tiene clave, en sus bajos son obvios; en Rapsodia azul,
de George Gershwin, uno escucha la clave a veces tenue pero allí está. Y ese es
el todo y lo tenemos, se replica en el tango.
¿O sea, en tus proyectos lo clásico está al servicio de la música del Caribe
pero no lo inverso?
Correcto (se ríe), en realidad sí. Cuando presentamos al público Sinfonía
Latina hay mucho de eso, la gente recuerdo salió explotada y en estado de
shock. Y eso es lo bueno, producir en el espectador un estado de admiración y
que salga del espectáculo con algo extraordinario, nuevo y diferente.
¿Tienes en tus proyectos regresar a Colombia con Sinfonía Latina?
Bueno, con Sinfonía Latina puede que presente uno de los movimientos. Pero otra
obra no creo, fue un trabajo hondo y especialmente intenso, complejo,
complicado y filosófico como era la época. Tengo planeado un tour por
Latinoamérica ejecutando jazz y musica más contemporánea, sin dejar al lado la
música clásica.
¿No le da temor ser un incomprendido, que los músicos y compositores
clásicos que lo han conocido de pronto lo vean y escuchen involucrado en
proyectos vernáculos y populares?
Para nada. Hago lo que creo y siento, lo que me manda mis inquietudes.
¿Dónde considera que ha encontrado su mejor público?
Caramba…en muchas partes en Japón, España, Australia, Suiza, Budapest, Londres,
y aquí mismo… Así es difícil decir cuál que es mejor público. Latinoamérica y
el Caribe, Colombia, son espectaculares.
Gracias Robert.
Gracias a ti, Israel.

Notas Roberto McCausland desea enviar un saludo de gratitud a Valerie B. and The Orquestra of St. Luke´s NYC. ¡A él siempre lo tratan como un Rey! Dieppa-Ostrogskich-G.G.Márquez.
Sinfonia Latina Historical Bibliographic Archive. https://sinfonialatinahistoricalbibliographicalarchive.com/2019/09/04/sinfonia-latina-historical-bibliographic-archive/10/